La segunda y siguientes: la isla tiene rincones únicos, dicen que también mágicos, y os proporcionará vivencias que os invitarán a celebrar ese romance a todas horas.

Atardeceres. El atardecer tiene algo de misticismo ancestral y nos deja estampas preciosas, pintadas de naranja y rojo, en el cielo ibicenco. Y es un momento ideal del día para vivirlo en pareja.

Ibiza es famosa por sus puestas de sol y muchos isleños y muchos visitantes acuden como en procesión a los lugares de la isla más famosos para contemplarlas.

Uno de esos lugares es Benirrás –al Oeste de la isla, junto a San Miguel–, una cala pequeña y acogedora. En verano se llena de gente ávida de contemplar la caída del sol. Pero si vuestra aventura romántica es fuera de la temporada estival, encontraréis la intimidad que seguramente deseáis tener en ese atardecer embelesado.

Cenas. Tras contemplar esa puesta de sol, ya de noche cerrada, es hora de cenar. El restaurante La Brasa, en el casco urbano de Ibiza, puede ser una muy buena opción por su terraza o jardín, que, por cierto, parece ambientada en un texto de Lord Byron.

Paseos por Dalt Vila. Para muchos, el casco antiguo de Ibiza es el lugar romántico por excelencia de toda la isla. Y ya que cenasteis cerca, ¿por qué no un paseo por la parte vieja, entre calles íntimas? Luego, si os veis con ánimos, una copa en el Teatro Pereyra es ideal para bailar juntos muy buena música en directo.

Terrazas. Cualquier terraza de nuestros apartamentos de lujo os recompensará con unas vistas increíbles a cualquier hora del día. Pero si has elegido PORTOFINO, en el edificio Terrazas de Botafoch, os maravillará la vista de Dalt Vila, iluminada por la noche, presidiendo la bahía de Ibiza. Ideal para una última copa, por ejemplo.